Bolas anales
El sexo anal suele rechazarse inicialmente, bien por desconocimiento en cuanto a las buenas maneras para llevarlo a la práctica de forma segura y saludable, bien por prejuicios, especialmente cuando se trata del varón heterosexual como receptor de dicha práctica.
Sin embargo, y basándonos en las experiencias que muchos de nuestros divinos clientes (hombres y mujeres) nos han relatado, el uso de cierto tipo de juguetes en la práctica del sexo anal produce un inmenso placer así como un incremento de la intensidad del orgasmo.
Uno de esos preciados juguetes lo constituye un conjunto de bolas dispuestas por orden en cuanto a su tamaño y con una anilla en uno de sus extremos para una adecuada extracción. Se denominan bolas anales o bolas tailandesas.
La estimulación anal en la mujer con las tiras de bolas anales produce gran placer. Las bolas se introducen previamente lubricadas una a una, provocando la dilatación del ano, después, se extraen despacio, una a una.
Son muchas las mujeres a las que les gusta retener en el interior del ano las bolas, mientras son penetradas vaginalmente. Otras prefieren mantenerlas en el ano y extraerlas cuando están a punto de alcanzar el orgasmo o durante el mismo.
El hombre también puede ser penetrado analmente con bolas. Éstas producen un masaje en la zona prostática y estimulan directamente el punto “g” masculino que se halla justo detrás de la próstata, sobre la pared más cercana al ano.
El placer que experimentan los hombres acostumbrados a estas prácticas no tiene comparación. Incluso el orgasmo logrado por medio de la estimulación del punto "g", es completamente diferente al orgasmo que pueda experimentar con otro tipo de estímulo.
Toda penetración anal debe realizarse suavemente y si la persona no está habituada a este tipo de práctica, es aconsejable comenzar con bolas de tamaño muy pequeño, usando siempre lubricante anal acuoso.
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